Tengo algo que decirte, confieso que es la más pura verdad,
lo que te diré es lo que siento llanamente.
Te extraño.
Así compleja y
simplemente… te extraño, desesperadamente te extraño.
Es jueves apenas, miro el calendario ansiando que llegue el
sábado, tan solo por la sublime posibilidad de volver a verte.
Esta semana ah sido particularmente difícil, te has
ausentado más días de los que imaginaba. A cambio eh visto al Jorge del domingo
y el del lunes, que eran como tú pero a kilómetros de distancia; sin la cercanía
de tu respiración cálida golpeando mis mejillas, con la ausencia pérfida del
abrazo de tu piel arropándome.
Pero podía escucharte por el teléfono, podía leerte en los
mensajes; que me enviabas, respondiendo a las trivialidades del pasar de mi día.
Estabas ahí, lo sé porque te ví entre las palabras cariñosas y la voz hastiada de mi ausencia, justo como me sentía yo al escucharte hablar desde tan lejos.
Pero entonces, llegó el Jorge del martes, ese que a veces se
presenta otro día de la semana, cualquiera. No es nada como tú, el es inseguro e hiriente; no cree en mi ni en mi
amor, no confía ni en su sombra, mucho menos en lo que yo haga o diga.
Callé hasta donde pude, esperando que en algún
momento volvieras a salvarme y a hacerme sentir segura; pero, cuando ví que no llegabas !Me
desesperé¡. Entonces vino la Gaby del martes, una
que me hace pensar las peores cosas y reaccionar de la peor forma posible, tan
solo porque tiene tanto miedo de salir herida.
Mi Jorge del sábado…
No sabes cuánto te extrañé esta semana,
quizá quisiste venir pero esa Gaby, ese martes; no te permitió acercarte. Mi
ceguera, mis emociones, mi enojo no me dejó abrazarte cuando pudiste volver. Me
di cuenta cuando iba caminando a casa, en el trayecto pelee contra ella, pero
al llegar; me di cuenta que era tarde porque ya te habías ido.
No sabes cuánto me arrepiento, ojalá pudieras disculparme;
es que el Jorge del martes me alteró mucho, ¡Me hizo sentir que no me amabas!, ¡Me
hizo sentir que no volvería a verte!. Me hizo sentir sola en la obscuridad de
nuestra casa y lloré hasta dormida, sintiendo que te perdería para siempre y todo porque me dijo cosas que sé que tú no me dirías.
Fue una noche horrible, te llamé pero no estabas, solo
estaba él y todo lo que intenté decir para que volvieras fue inútil, era tarde muy tarde.
Lo siento mucho mi amor…
Zozobro ahora, luego de lidiar con el Jorge del miércoles que es distante
y frío, y el Jorge del jueves que es arrogante y orgulloso, este me dice las
cosas cargadas con cierto aire, que amenaza el regreso del martes... me hace callar y suspirar con
tristeza, deseando con todas mis fuerzas que vuelvas tú y solo tú.
Te extraño… mucho.
Si tengo suerte quizá en el Jorge de
mañana pueda verte ojalá Dios quiera que pueda ser así, solo quisiera que vinieras pronto, soy la Gaby del sábado, la del domingo, la del lunes, la del miércoles, la del jueves, la del viernes...