El rincón obscuro de mi alma...

Perpetua noche donde revolotean las luciérnagas, esas que con famélica luz verdosa, iluminan de vez en cuando; las esquinas innacesibles que hay en mi interior.



viernes, 3 de octubre de 2014

Arena

No te había visto mirarme hasta hoy que me lo has dicho.

Es cierto, acostumbro a veces dejar mis voces al viento, en melódicas arias mientras las nubes despejan el firmamento.

Hasta hoy me he dado cuenta, que todo este tiempo pensabas que te cantaba.

Pero no, no te engañes que no me has visto?, no te canto ni a ti ni a la espuma ni a la luna…

Le canto a él, le canto para sosegar el vaivén de sus aguas azarosas.

Es cierto a veces molesta reclino con dejadez la plácida profundidad de su abrazo, pero nunca dejo que el viento seque mis cabellos.

Porque soy de él,  siempre lo he sido y mientras por mis branquias corra el agua lo seré…

Tu solo me has visto cuando los rayos del acuoso astro Iluminan su humedad que cubre mi cuerpo,  pero aún cuando el nuboso firmamento está obscuro yo salgo.

Porque yo soy de él, le pertenezco, para que conformarme con tu hiriente sequedad, que hasta en mis escamas se incrusta cual vidrio en el ajenjo.

Y entre tu y yo siempre hay una roca no la has visto?...

No, por favor no me pidas que me quede en tu costa, porque no reemplazarán sus manos la espuma que intermitente se presenta.

Es que no entiendes que yo soy feliz en sus abismos, no me limites con tus cristales que a la luz del sol son hermosos pero en ellos no puedo ni caminar.

Entiende que no era en ti en quien me veía, era en él, en sus vestigios salinos que en violento embate crean arrecifes, sí!, rompe rocas y destruye corales, pero solo para que yo pueda pasear libremente en sus raudales.

No me pidas conformarme con lagunas inalcanzables en la luna, porque prefiero mil veces la profundidad de su obscuro manto, a los rayos desaboridos reflejando en mí sosegada melancolía.

No me había dado cuenta que querías cubrir su espacio inmiscuyéndote sagaz en sus mareas, pero date cuenta que él hasta en las olas te regresa… quizá el vió antes que yo tus intenciones y hasta el fondo… en el fondo reposar te deja, porque sabe que yo no podría vivir respirándote y tú, llenar su espacio no puedes.

Perdóname, no sabía que pensabas que te cantaba, creí que te dabas cuenta como la luna y la espuma que soy de él, que hacemos el amor en cada salto en que sus olas regocijadas me recibe .

Y me gusta cuando por mis pechos sus manos húmedas escurren, mientras mis caderas se masturban con las corrientes que en su excitación provoca. Porque a él le gusta verme cuando el astro blanco en su nocturno paso nos alumbra.

Como los amantes que a la luz de la vela se acarician y se besan, así él y yo no te has dado cuenta?...

Nunca me alejo demasiado porque sin él no vivo, soy feliz en su inmensidad, soy libre siendo de él y yo le amo, creí que lo sabías.

Incluso cuando he llorando bajo el cobijo de las estrellas, tu estás ahí y me ves pero no dices nada y él me llama, con mareas que sollozan mi regreso.

Porque a veces desavenimos como todos los enamorados, pero más daño me hace que quieras usar el viento para tocar mis cabellos.

He de regresar me está llamando, lamento mucho que en tu delirio hayas pensado que te cantaba, pero no te canto a ti ni a la espuma ni a la luna, le canto a él, para calmar el vaivén de sus aguas cuando están turbias.

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